29 marzo, 2013

Crsisi en MBE

ENTREVISTA CON EL ESPECIALISTA VICTOR MONTORI

El especialista dice que los pacientes pagan con su salud los errores producidos por los intereses económicos del sector farmacéutico


 FERMÍN APEZTEGUIA  14.06.12  EL CORREO , BILBAO.

La industria farmacéutica está otra vez en el ojo del huracán. Uno de cada cinco medicamentos tiene que retirarse del mercado en el plazo de cinco años por los graves efectos secundarios que provoca. ¿Cómo es posible que ocurra algo así? Sucede por dos motivos, según afirma el reconocido endocrinólogo Víctor Montori, profesor de la Universidad de Minnesota y director de Investigación de Servicios Sanitarios de la Clínica Mayo (EE UU). Por el «nivel de corrupción» de los grandes laboratorios farmacéuticos, que realizan «estudios incompletos» sobre la efectividad y seguridad de los fármacos; y porque las agencias públicas que los evalúan no actúan con la «responsabilidad y transparencia» debida.
«La medicina basada en la evidencia ha llegado a su final», afirmó en una entrevista con EL CORREO Montori, que impartió ayer la conferencia inaugural del congreso de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc) que se celebra en el Palacio Euskalduna de la capital vizcaína. Según detalló, los estudios de investigación tienden hoy, «de manera creciente, a tener problemas de sesgo, de error y a ser publicados de manera incompleta», lo que supone «cierto nivel de fraude en la actividad científica».
El «nivel de corrupción de la ciencia», subrayó, está relacionado con el «cambio que tuvo la industria farmacéutica» el día en que las empresas del sector dejaron de ser «centros de investigación para convertirse en casas de marketing» y publicidad. Las medicinas pasaron a ser desde entonces productos en busca de un beneficio, «el retorno a sus accionistas de billones de dólares».
El objetivo de los médicos que trabajan, «tanto en la atención primaria como en la medicina especializada», tiene que ser «recuperar esa herramienta que es la investigación no para el beneficio de la industria, sino de sus pacientes». ¿Cómo se puede hacer algo así? «Hay muchas maneras, todas muy difíciles», que se resumen en la búsqueda de dos objetivos, que son «la transparencia y la responsabilidad».
Montori explicó que existe en el mundo de la medicina un movimiento «similar al del 15-M», que busca que toda investigación sobre productos farmacéuticos «esté disponible para la población general de manera abierta». «La gente tiene que disponer de la información que manejaron las agencias americana y europea del medicamento para autorizar uno y otro fármaco».
Recortes presupuestarios
La responsabilidad tiene que ver «con un asunto muy similar al de los bancos». «No puede ser que cada vez que se encuentren delincuentes» en la industria farmacéutica, el asunto «se resuelva con un pago y una disculpa, sin que nadie pierda su puesto de trabajo, sin que nadie asuma responsabilidades», sentenció el especialista, quien recordó que son los pacientes quienes pagan con su salud las consecuencias de esta situación.
El directivo de la Clínica Mayo defendió la necesidad de que la Administración pública intervenga en este conflicto, lo que no será fácil «debido a los recortes presupuestarios en salud pública» como consecuencia de la crisis. «Una de las dificultades para resolver urgentemente este problema es que toda la formación médica continuada está financiada por la industria. Un congreso como éste lo financia el sector». En medio de tan negro panorama, el experto quiso poner un poco de luz. «Por suerte, en la profesión hay un cierto nivel de integridad mínimo, que permite rechazar invitaciones y decir lo que uno piensa».
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