ENTREVISTA
CON EL ESPECIALISTA VICTOR MONTORI
El especialista dice que los pacientes pagan con su salud los errores producidos por los intereses económicos del sector farmacéutico
FERMÍN APEZTEGUIA 14.06.12 EL CORREO , BILBAO.
La industria farmacéutica está otra vez en el ojo del huracán. Uno de cada cinco medicamentos tiene que retirarse del mercado en el plazo de cinco años por los graves efectos secundarios que provoca. ¿Cómo es posible que ocurra algo así? Sucede por dos motivos, según afirma el reconocido endocrinólogo Víctor Montori, profesor de la Universidad de Minnesota y director de Investigación de Servicios Sanitarios de la Clínica Mayo (EE UU). Por el «nivel de corrupción» de los grandes laboratorios farmacéuticos, que realizan «estudios incompletos» sobre la efectividad y seguridad de los fármacos; y porque las agencias públicas que los evalúan no actúan con la «responsabilidad y transparencia» debida.
«La
medicina basada en la evidencia ha llegado a su
final», afirmó en una entrevista con EL CORREO
Montori, que impartió ayer la conferencia inaugural
del congreso de la Sociedad Española de Medicina de
Familia y Comunitaria (Semfyc) que se celebra en el
Palacio Euskalduna de la capital vizcaína. Según
detalló, los estudios de investigación tienden hoy,
«de manera creciente, a tener problemas de sesgo, de
error y a ser publicados de manera incompleta», lo
que supone «cierto nivel de fraude en la actividad
científica».
El
«nivel de corrupción de la ciencia», subrayó, está
relacionado con el «cambio que tuvo la industria
farmacéutica» el día en que las empresas del sector
dejaron de ser «centros de investigación para
convertirse en casas de marketing» y publicidad. Las
medicinas pasaron a ser desde entonces productos en
busca de un beneficio, «el retorno a sus accionistas
de billones de dólares».
El
objetivo de los médicos que trabajan, «tanto en la
atención primaria como en la medicina
especializada», tiene que ser «recuperar esa
herramienta que es la investigación no para el
beneficio de la industria, sino de sus pacientes».
¿Cómo se puede hacer algo así? «Hay muchas maneras,
todas muy difíciles», que se resumen en la búsqueda
de dos objetivos, que son «la transparencia y la
responsabilidad».
Montori
explicó que existe en el mundo de la medicina un
movimiento «similar al del 15-M», que busca que toda
investigación sobre productos farmacéuticos «esté
disponible para la población general de manera
abierta». «La gente tiene que disponer de la
información que manejaron las agencias americana y
europea del medicamento para autorizar uno y otro
fármaco».
Recortes presupuestarios
La
responsabilidad tiene que ver «con un asunto muy
similar al de los bancos». «No puede ser que cada
vez que se encuentren delincuentes» en la industria
farmacéutica, el asunto «se resuelva con un pago y
una disculpa, sin que nadie pierda su puesto de
trabajo, sin que nadie asuma responsabilidades»,
sentenció el especialista, quien recordó que son los
pacientes quienes pagan con su salud las
consecuencias de esta situación.
El directivo de la Clínica Mayo
defendió la necesidad de que la Administración
pública intervenga en este conflicto, lo que no será
fácil «debido a los recortes presupuestarios en
salud pública» como consecuencia de la crisis. «Una
de las dificultades para resolver urgentemente este
problema es que toda la formación médica continuada
está financiada por la industria. Un congreso como
éste lo financia el sector». En medio de tan negro
panorama, el experto quiso poner un poco de luz.
«Por suerte, en la profesión hay un cierto nivel de
integridad mínimo, que permite rechazar invitaciones
y decir lo que uno piensa».
nota original disponible en
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