04 abril, 2013

Globalization, Climate Change, and Human Health


La escala global de los fenómenos, la interconexión y la intensidad de la actividad económica humana contemporánea no tienen históricamente precedentes, al igual que muchos de los cambios ambientales y sociales consiguientes. Estos cambios globales influyen en la salud humana, la salud internacional y la salud pública. Constituyen un síndrome, no una serie de cambios por separado, que reflejan las tensiones que surgen en una población mundial demasiado grande, el impacto ambiental cada vez más sistémico de muchas actividades económicas, la urbanización, la expansión del consumo y la brecha cada vez mayor entre ricos y pobres, tanto dentro como entre países.
En las últimas décadas, la conectividad internacional ha aumentado en muchos frentes, incluyendo el flujo de información, los movimientos de las personas, los patrones de comercio, el flujo de capitales, los sistemas de regulación y de difusión cultural. Estos incrementos exponenciales en los índices demográficos, económicos, comerciales y ambientales se han etiquetado como la Gran Aceleración. Cabe destacar que los efectos ambientales resultantes están alterando los componentes principales del sistema Tierra. La época geológica actual llamada Antropoceno (sucesora de la época del Holoceno), en reconocimiento a la fuerza global en que el Homo Sapiens se ha convertido, está empujando a la Tierra más allá de los límites que se consideran seguros para continuar la vida social y biológica. La pérdida de la biodiversidad, la circulación global, enormemente amplificada, de compuestos nitrogenados bioactivos, y el cambio climático inducido por el hombre ya ha alcanzado niveles que claramente inseguros.
Estos cambios constituyen amenazas fundamentales también para el bienestar y la salud. Por ejemplo, se ha encontrado una relación positiva entre las tendencias regionales del clima (aumento de las temperaturas y la disminución de las precipitaciones) y el retraso del crecimiento infantil en Kenia desde 1975, lo que indica que a medida que el calentamiento se sigue produciendo, junto con el crecimiento demográfico, la producción de alimentos y la salud nutricional se verá afectada. Los cambios climáticos inducidos por el hombre a menudo actúan coordinadamente con otros factores de estrés ambiental, demográfico y social que finalmente influyen en las producciones regionales de alimentos, en la nutrición y en la salud. Por otra parte, en el nivel actual de conectividad global e interdependencia, el impacto ambiental de la actividad humana tiene un alcance geográfico más amplio, aunque su influencia puede ser compensada, en cierta medida, por las alertas globales para la distribución de ayuda alimentaria, más eficaces y rápidas. El calor extremo y los incendios forestales en el oeste de Rusia en el verano de 2010 destruyeron un tercio de la producción de trigo de ese país; la prohibición posterior de exportar grano contribuyó a un aumento en el precio del trigo en todo el mundo, lo que ha agravado el hambre en Rusia (donde los precios de la harina aumentaron en un 20%) y en las poblaciones urbanas de países con bajos ingresos como Pakistán y Egipto. En el frente económico, la reciente crisis financiera mundial ha puesto de relieve la interdependencia tipo dominó de las economías nacionales.
EFECTOS DE LA GLOBALIZACIÓN EN LA SALUD DE POBLACIÓN
Influencias globales en la salud de la población como las descritas anteriormente, trascienden el marco más específico de los problemas de salud internacional. Los procesos de cambio global son más sistémicos e implican interrupción y agotamiento (no sólo contaminación). Remediar estos cambios requiere una comprensión dinámica de los sistemas, de su complejidad y de las incertidumbres asociadas para que pueda haber respuestas políticas coordinadas. Las relaciones entre estos procesos generalizados de cambio y la salud humana se muestran en la Figura 1
Cambios demográficos
El crecimiento de la población es a menudo pasado por alto en el discurso sobre el cambio global.  Las proyecciones de las Naciones Unidas de que la población actual de 7000 millones se incrementará a 9,3 millones en 2050 debe reactivar el debate sobre si podremos tener éxito en la consecución de objetivos realistas de un clima saludable sin que reduzcamos el número real de personas que ejercen presión sobre el medio ambiente. Por otra parte, el bucle de retroalimentación negativa que tiene la presión demográfica excesiva sobre los ambientes regionales (que implica un agotamiento de los suelos, del agua y la pérdida de la biodiversidad) no sólo exacerba diversos cambios ambientales y ecológicos en todo el mundo, sino que también afianza las condiciones de pobreza y desigualdad. En estos últimos casos, las tasas de fertilidad tienden a seguir siendo demasiado altas.
Algunos incrementos adicionales de población son inevitables debido a que países con altas tasas de fecundidad tienen una dinámica demográfica ponderada hacia los jóvenes. Mientras tanto, aunque se han obtenido resultados moderados mediante la educación de las niñas, los avances siguen siendo lentos en muchos países de bajos ingresos. Las altas tasas de embarazos no deseados ( por ejemplo, Timor-Leste y Nigeria) se correlacionan con mayores riesgos para la salud materna e infantil.
Los cambios sociales y la actividad económica
Muchos otros aspectos de la globalización influyen en la salud de la población, incluyendo el surgimiento acelerado de nuevas enfermedades infecciosas, el aumento casi omnipresente de las tasas de obesidad y las enfermedades no transmisibles asociadas, la expansión de la comercialización de cigarrillos, los efectos del cambio climático, aumentos en la resistencia a los antimicrobianos y los riesgos para la salud en el lugar de trabajo debido a la desregulación laboral de los mercados internacionales. En el fondo subyace, como determinantes adicionales de la salud, la persistente, incluso creciente, disparidad en la riqueza, la educación, la autonomía y la inclusión social. Hay, por supuesto, ciertos aspectos de la globalización que son beneficiosos para la salud, tales como el incremento del flujo de información, la mejora de programas coordinados a nivel internacional de vacunación y sistemas para responder a las enfermedades infecciosas, y una mayor capacidad de respuesta a los desastres.
Influencias adversas globales sobre la salud, como el aumento de precios de los alimentos y el incremento de algunas enfermedades infecciosas han impedido el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas. Los futuros objetivos mundiales en salud deberán considerar e integrar mejor las influencias fundamentales de la pobreza, la desigualdad, el analfabetismo, el cambio climático, los patrones de uso del suelo y la inseguridad alimentaria. Después de la Conferencia de Río +20 (2012), los Objetivos de Desarrollo del Milenio van a ser sustituidos por los Objetivos de Desarrollo Sostenible en el 2016, reflejando los principios establecidos en la Declaración original de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (1992) en los que la preocupación por los seres humanos debía estar en el centro. Sin embargo, la preocupación por la salud de las personas aún está lejos de ese centro. Esto refleja la percepción errónea de lo que significa la salud y el predominio de una visión estrecha, basada en la clínica que, aparentemente, no tiene en cuenta, la necesidad fundamental, para mejorar la salud de la población, de hacer frente al mal ajuste que existe entre las condiciones ambientales y socio-culturales y los aspectos biológicos básicos y las necesidades psicológicas.
Cambios ambientales y ecológicos
Los profundos, esencialmente ecológicos, riesgos para la salud de la población no pueden ser afrontados  efectivamente desde solo el nivel local. El cambio climático inducido por las actividades humanas, por ejemplo, se debe al exceso global agregado de emisiones con efecto invernadero. Por lo tanto, la prevención primaria de los problemas de salud derivados de los cambios ambientales y sociodemográficas globales requiere de la coordinación de políticas internacionales, complementadas con políticas y acciones locales. Por ejemplo, la Organización Mundial del Comercio debe dar mayor prioridad a evitar los efectos adversos para la salud y el medio ambiente del libre comercio internacional. También hay una necesidad de instrumentos similares al Convenio Marco para el Control del Tabaco o la Red Mundial de Alertas y Respuestas Globales de la OMS en relación a la aparición de enfermedades infecciosas así como el Protocolo de Montreal del Programa Ambiental de las Naciones Unidas para proteger la capa de ozono.
Los cuatro ejemplos siguientes describen otros cambios ambientales y ecológicos de escala mundial que influirán cada vez más la salud del mundo. En primer lugar, la probabilidad de que surjan nuevas cepas de virus de la gripe va en aumento, sobre todo en los pueblos rurales del sudeste y oriente de Asia. El riesgo aumenta con el crecimiento demográfico y la yuxtaposición de la cría tradicional, en el patio trasero de las casas, de cerdos, pollos y patos con la producción avícola intensiva comercial y los cambios ambientales que afectan a las trayectorias de vuelo de las aves migratorias.
En segundo lugar, la disminución de la proteína de los mariscos disponibles (lo cual es importante para muchas poblaciones costeras de bajos ingresos) es una amenaza seria para la salud y refleja la combinación sin precedentes del calentamiento, la acidificación (debido al aumento de la captación de dióxido de carbono) y la des-oxigenación de los oceanos, con la destrucción de criaderos de peces costeros y la sobre-pesca.
Diversos riesgos se plantean, en tercer lugar, por la privación, el desplazamiento y los conflictos que se derivan de la escasez de agua fresca. Muchas poblaciones, como las de Bangladesh, Vietnam, Egipto e Irak se encuentran aguas abajo de grandes ríos que atraviesan varios países. En muchos casos, los caudales de estos ríos se ven gravemente amenazados por la pérdida de masa de los glaciares y la capa de nieve debido al calentamiento global y el aumento de la desviación del caudal de los vecinos que se encuentran aguas arriba.
Por último, la necesidad de mantener el suministro de alimentos y una nutrición adecuada para la creciente población mundial presenta un importante reto.La producción mundial de alimentos se enfrenta a presiones como resultado de la reducción del rendimiento debido a la degradación del suelo, la escasez de agua y el cambio climático así como la creciente demanda de alimentos de origen animal en las poblaciones de ingresos bajos y medios. Por otra parte, la agricultura (especialmente la dedicada a alimentación ganadera) representa alrededor de la cuarta parte de las emisiones mundiales de gases con efecto invernadero. Por lo tanto, cada vez hay más presión para transformar la producción de alimentos (por ejemplo, con cultivos más mixtos o la inclusión de cultivos modificados genéticamente que sean aceptables), su distribución y su consumo. Dado los enormes efectos climáticos particulares de la producción de carne roja debido a las emisiones de metano de los rumiantes (por ejemplo, vacas, ovejas y cabras) es necesario reflexionar seriamente sobre la necesidad de restringir esta fuente de proteínas al tiempo que se permite una producción suficiente para asegurar una adecuada nutrición de la infancia de poblaciones pobres que actualmente consumen niveles de carne muy inferiores a los de poblaciones ricas con un consumo excesivo en un factor de 10 a 1. El problema mundial de abastecimiento alimentario se complica aún más por la apropiación de tierras en el este de África y en otras partes por los países más ricos en busca de oportunidades de inversión y de un seguro futuro, contra la escasez de alimentos y biocombustibles (políticas llevadas a cabo, por ejemplo, por países de Oriente Medio,  Estados productores de petróleo, China o Corea del Sur)
Estos cuatro ejemplos también confirman que, en un mundo de transformaciones globales y sistémicas, los cambios particulares no inciden en la salud de las poblaciones de manera aislada, sino que suelen actuar conjuntamente y a menudo interactúan. Ejemplos específicos se discuten en la siguiente sección, que examina los riesgos para la salud que plantea el cambio climático.
CAMBIO CLIMÁTICO GLOBAL
El cambio climático global es parte de los cambios ambientales globales inducidos por el hombre típicos del Antropoceno. Estos incluyen la degradación del suelo, la acidificación del océano, las interrupciones y disminuciones de la concentración de ozono estratosférico, de la fertilidad del suelo, de los recursos de agua dulce, de la biodiversidad, del funcionamiento del ecosistema y del ciclo global del nitrógeno y el fósforo. Las  emisiones con efecto invernadero procedentes de la generación de energía basada en combustibles fósiles y el producido por el transporte en los sectores agrícola y minero, aumentan la capacidad de retención de calor en la atmósfera más baja, lo que resulta en un calentamiento global (ver el gráfico interactivo en NEJM.org). 
http://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMra1109341
Además, la deforestación y la saturación del océano se suman al calentamiento global mediante la reducción de la capacidad de los ecosistemas terrestres y marinos para absorber el dióxido de carbono adicional (el principal gas de efecto invernadero). También contribuyeron a dicho calentamiento las variaciones naturales del clima causados ​​por los fenómenos cósmicos y geológicos.
La mayor parte del calentamiento global desde 1950 (un aumento de 0,7 ° C) ha sido el resultado de la actividad humana. Las emisiones globales anuales de dióxido de carbono han aumentado en la última década proporcionalmente al aumento del nivel del mar, la pérdida de hielo del Ártico y el número de fenómenos meteorológicos extremos. Sin una acción internacional importante y rápida para disminuir estas emisiones, las temperaturas globales promedio (en relación con el año 2000) es probable que aumenten entre 1 a 2 ° C para 2050 y de 3 a 4 ° C en el año 2100, con aumentos de hasta 6 a 7° C en algunas latitudes norte. Un calentamiento adicional de otro 0,7 ° C se debería a la energía radiante adicional ya absorbida por la atmósfera inferior y los océanos, aunque aún no se manifiesta como calentamiento de la superficie. Un aumento promedio de 4 ° C retornaría la temperatura de la Tierra a un nivel no experimentado desde hace 10 a 20 millones de años.
Los patrones de lluvia también van a cambiar, con el aumento de las precipitaciones en algunas regiones y estaciones y la disminución en otros. Los modelos predictivos proyectan constantemente un aumento de la aridez regional y también se espera que el área de distribución geográfica y la gravedad de las sequías se incrementen durante este siglo. La frecuencia, y tal vez la intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos, van aumentar en la mayoría de las regiones y bien pueden haber comenzado ya.
EFECTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN LA SALUD HUMANA
La naturaleza compleja del cambio climático y sus manifestaciones ambientales y sociales generan diversos riesgos para la salud humana Una clasificación de los riesgos y las vías causales se muestra en la Tabla 1
Nuestro actual conocimiento de las relaciones clima-salud provienen de estudios epidemiológicos en relación con diferencias de temperatura y registros extremos así como de los fenómenos climáticos cuasi cíclicos como el de El Niño. Sin embargo, la mayoría de los riesgos para la salud se deberán a las influencias climáticas sobre los sistemas ambientales y las condiciones sociales que afecten a la producción de alimentos, suministros de agua, la estabilidad de los patrones de las enfermedades infecciosas, así como a la integridad de la protección natural y humana frente a los desastres naturales (incluyendo la cubierta forestal, protección contra el viento, los manglares, rompeolas construidos más vulnerables, y los sistemas de desagüe urbano) y de las consecuencias adversas de las perturbaciones sociales, el desplazamiento de las comunidades, y situaciones conflictivas
Los principales ejemplos de estos tipos de trayectorias causales se muestran en la Figura 2

Muchos de los efectos indirectos del cambio climático serán simultáneamente influenciados por otros cambios globales y las presiones socio-demográficas que actúan en conjunción con el cambio climático. La producción de alimentos y, por lo tanto, el estado nutricional reflejan cambios, no sólo en clima, sino también en el suministro de agua, la fertilidad del suelo, los niveles de nitrógeno, la biodiversidad (por ejemplo, los polinizadores y depredadores de plagas) y la salud y la vitalidad de los trabajadores agrícolas.
No es sorprendente que los efectos en la salud del cambio climático sean predominantemente adversos. Después de todo, la biología humana, las fuentes de alimentos domésticos y la cultura en general han evolucionado a lo largo de muchos milenios en el clima que prevalecía. Por otra parte, las poblaciones de todo el mundo serán vulnerables a eventos climáticos extremos cada vez más graves.
Se espera que existan algunos efectos beneficiosos para la salud en las primeras etapas de cambio climatico. En algunas zonas templadas, inviernos más suaves pueden llevar a un menor número de muertes invernales de infarto de miocardio y accidente cerebrovascular, y en algunas regiones de latitudes bajas, más cálidas y secas, las nuevas condiciones pueden reducir la supervivencia de los mosquitos y, por lo tanto, las infección transmitidas por mosquitos.
Las poblaciones que viven en diversas condiciones sociales, económicas y físicas se verán afectados de manera diferente por el cambio climático. Las poblaciones de bajos ingresos son más vulnerables a los peligros físicos, la desnutrición, las enfermedades infecciosas diarreicas y otras, así como las consecuencias para la salud en los desplazamientos. Las poblaciones en las islas de baja altitud y en las zonas costeras, como Bangladesh, son vulnerables a un aumento de las mareas en las tempestades y a las inundaciones por las subidas del nivel del mar. En las regiones circumpolares del Ártico, las comunidades pueden sufrir cambios forzados en la dieta si las poblaciones de animales terrestres y marinos emigran y el acceso a las fuentes tradicionales de alimentos se vuelve físicamente más dificultoso.
Los probables efectos futuros del cambio climático en los diferentes resultados de salud han sido modelizados mediante el uso de escenarios plausibles que se han acordado a nivel internacional. Por ejemplo, en países de clima templado, como los veranos se volverán más calientes y las olas de calor más graves, la modelización indica que, a partir de mediados de siglo, las muertes relacionadas con el calor superarán progresivamente el número de muertes evitadas como resultado de los inviernos más leves. Estas estimaciones de los efectos extremos del clima mejorarán a medida que la modelización de los cambios considere la variabilidad climática en condiciones reales y que los investigadores tengan más en cuenta la adaptación fisiológica, de comportamiento y tecnológicas de las poblaciones a través del tiempo.
En China, la modelización del calentamiento medio indica que la zona de transmisión del caracol de agua dulce mediada por esquistosomiasis se extenderá hacia el norte, dejando otros 20 millones de personas en riesgo en 2050. Tal estimación basada en modelos que consideran la dirección y la magnitud de los cambios probables, es un recurso importante para la toma de decisiones tanto en la reducción del cambio climático como en la adaptación local.
Mientras tanto, una tarea importante de la investigación es identificar los riesgos para la salud en los cambios en curso y los resultados que pueden atribuirse razonablemente al cambio climático reciente. Teniendo en cuenta la relación con múltiples variables de la mayoría de los resultados de la salud humana, la atribución nunca es simple. Sin embargo, en la última década, los cambios observados en algunos resultados de salud, considerados en conjunto, sugieren una relación climática (Tabla 2)
RIESGOS Y BENEFICIOS DE LA MITIGACIÓN DEL CAMBIO CLIMÁTICO Y LA ADAPTACIÓN DE SALUD
La mitigación del cambio climático es una tarea de primer orden para el mundo. Sin embargo, mientras que los gobiernos continúan luchando con esta tarea política y ética sin precedentes, el desafío más inmediato para el sector de la salud es el de identificar las principales amenazas regionales para salud que plantea el cambio climático y garantizar el desarrollo de adaptaciones que disminuyan el riesgo.
Estrategias de adaptación
Las capacidades y estrategias de adaptación varían mucho entre poblaciones. Serán especialmente importantes los índices pre-existentes de enfermedades (por ejemplo, la diarrea infantil y la desnutrición) que, cuando son altos, serán considerablemente más altos a causa de los efectos multiplicadores del cambio climático. Las estrategias de adaptación eficaces requieren de la colaboración entre diversos sectores del gobierno, la investigación y las comunidades.
Durante las olas de calor, las muertes y hospitalizaciones predominan entre los ancianos, los pacientes con patología cardiorrespiratoria crónica y las personas que viven en viviendas de baja calidad. Sistemas de alerta temprana, planes de calor, cuidadores de la comunidad para personas vulnerables, vivienda bien aisladas y el asesoramiento educativo de los proveedores de atención primaria de salud podrían reducir este riesgo. Mientras tanto, es necesaria una planificación a más largo plazo de las áreas urbanas residenciales
Beneficios para la salud de la mitigación del cambio climático
Un aspecto favorable de los esfuerzos de mitigación del cambio climático es que los beneficios locales para la salud se acumularán rápidamente en las poblaciones que llevan a cabo tales esfuerzos. La conciencia de este dividendo potencial para la salud local- además de los beneficios para la salud mundial a largo plazo - debe reforzar el apoyo a este tipo de acciones.
Los beneficios para la salud serán el resultado de las acciones de mitigación en las políticas de transporte, las normas de diseño de las viviendas, de generación de energía y los sistemas agrícolas (incluida la producción ganadera). En muchas poblaciones pobres, las mejoras en las tecnologías relacionadas con el ambiente, contribuirán a sustituir los combustibles contaminantes como cocinar con combustibles de bajas emisiones de carbono; las mejoras en la alfabetización reproductiva darán lugar a un menor número de embarazos, más espaciados.Todas estas acciones reducirán directamente los factores de riesgo conocidos para la enfermedad y la muerte prematura (por ejemplo, la contaminación del aire, la vida sedentaria y los excesos dietéticos) El diseño urbano innovador puede tener efectos positivos de gran alcance en lo que respecta al uso de la energía, las emisiones de gases de efecto invernadero, los efectos de las islas urbanas de calor, los patrones de actividad física, las relaciones sociales y la cohesión de la comunidad.
RETOS PARA EL SECTOR SALUD
El sector de la salud tiene un importante papel que desempeñar en relación con el cambio climático, las estrategias de adaptación y la reducción de los riesgos inevitables para la salud (Tabla 3)

Estas estrategias incluirían la "ecologización" de las instituciones de atención a la salud y la participación en las evaluaciones nacionales de impacto en la salud así como en la planificación intersectorial de los sistemas sostenibles de energía, transporte y diseño urbano. Las delegaciones nacionales en las reuniones de formulación de políticas internacionales que se ocupan de las tendencias y amenazas (por ejemplo, las conferencias anuales organizadas bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) deben incluir representantes del sector de la salud.
CONCLUSIONES
La rápida globalización ha traído nuevas influencias a gran escala que influyen en los patrones de salud de las personas. Varios cambios a escala global - económicos, sociales, demográficos y ambientales (especialmente los climáticos) - están vinculados, por ejemplo, al aumento de la prevalencia de la obesidad, los cambios en la producción de alimentos regionales, la aparición de enfermedades infecciosas, la propagación del consumo de cigarrillos y la persistencia de las disparidades de salud.
La realización de una prevención primaria para reducir los riesgos para la salud derivados de estas influencias globales es un reto formidable. Requiere conocimientos conceptuales más allá de la comprensión convencional de la causalidad y la prevención, así como la voluntad política, confianza y recursos. La complejidad de las políticas de mitigación del cambio climático inducido por el hombre son claras. Mientras tanto, se necesitarán recursos y estrategias adicionales para reducir los riesgos para la salud relacionados con el cambio global que ya han surgido o que ahora son inevitables. El sector de la salud debe trabajar con otros sectores en la remodelación de las sociedades humanas y sus acciones de crear, mover, producir, consumir, compartir y generar energía.
Traducción de Abel Novoa

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