Samuel Hahnemann, considered to be the father of homeopathy (Photo credit: Wikipedia) |
La homeopatía es una teoria y práctica médicas alternativas que se desarrolló en respuesta a las sangrías, las purgas, la producción de ampollas y otros procedimientos agresivos de la medicina convencional que se practicaba hace más de 200 años. Sus remedios provienen de distintas fuentes: plantas, minerales y animales, y se prescriben en función tanto de los síntomas como de la personalidad del paciente. Esto que parece contrario a la lógica es precisamente la parte más relevante de la homeopatía puesto que los síntomas se consideran como el esfuerzo del organismo para restaurar la salud.
A finales de la centuria del 1700, la terapia más popular para la mayoría de síntomas era la sangría. Algunos médicos depositaban mucha fe en la sangría, tanto que eran capaces de extraer las cuatro quintas partes de la sangre del paciente. Otros tratamientos de elección eran la producción de ampollas mediante la aplicación de sustancias calientes o cáusticas sobre la piel para tratar las infecciones, y la administración de productos químicos peligrosos para inducir el vómito o purgar el intestino. Dosis masivas de un fármaco rico en mercurio denominado calomel sí que limpiaba los intestinos, pero al mismo tiempo producía la pérdida de los dientes, la caída del cabello y otros síntomas de una intoxicación aguda por mercurio.
Las leyes de la homeopatía
Samuel Hahnemann, un médico alemán desencantado de estos métodos, empezó a elaborar una teoría basada en tres principios: “la ley de los similares”, “la dosis mínima” y “el remedio único”. La palabra homeopatía deriva de las palabras griegas homoios (similar) y pathos (enfermedad).
· Con la ley de los similares, Hahnemann teorizó que si una gran cantidad de una sustancia produce ciertos síntomas en una persona sana, pequeñas cantidades de la misma sustancia pueden ser el tratamiento de aquellos síntomas en el paciente enfermo. La base de esta teoría tomó forma tras autoadministrarse una dosis alta de quinina, un tratamiento para la malaria, que hizo que su cuerpo sano desarrollara síntomas similares a los producidos por la enfermedad. Continuó comprobando su teoría en sí mismo así como en sus familiares y sus amigos, con diferentes hierbas, minerales y otras sustancias. A estos experimentos los llamó “pruebas”.
· Pero, tal como podía esperarse, la intensidad de los síntomas causadas por las pruebas originales fue lamentable. De manera que Hahnemann empezó a reducir las dosis para ver qué mínima cantidad de sustancia todavía podía producir signos de curación. Con la dosis mínima, o ley de los infinitesimales, Hahnemann creyó que la potencia y la efectividad de cualquier sustancia aumenta a medida que se diluye. Preparaba dosis minúsculas diluyendo repetidamente el ingrediente activo por factores de 10. Una preparación “6X”, donde la X es el número romano 10, representa una dilución de una parte entre diez (1:10), repetido seis veces, es decir que al final, el ingrediente activo representa una parte entre un millón (1:1.000.000). La agitación vigorosa tras cada dilución es esencial para el proceso de aumento de la potencia al tiempo que se reduce la cantidad total del ingrediente activo. Algunos remedios homeopáticos están tan diluidos que no existe ninguna molécula de la sustancia curadora en la dilución. Incluso con la sofisticada tecnología actualmente disponible, los químicos analíticos encuentran difícil o imposible de identificar ingrediente activo alguno. Pero la creencia homeopática afirma que la sustancia ha dejado su impronta o su esencia tipo espiritual, que estimula al organismo a curarse a sí mismo.
· Por último, el médico homeópata generalmente prescribe un único remedio para todos los síntomas, tanto mentales como físicos, que está experimentando el paciente. Sin embargo, el empleo de remedios con muchos ingredientes está reconocido como parte de la práctica homeopática.
Los productos homeopáticos deben identificar claramente el ingrediente activo así como la potencia de la dosis, aunque puedan considerarse poco o nada tóxicos ya que contienen poco o ningún ingrediente activo.
Los productos homeopáticos contienen gran cantidad de alcohol, muy superior al 10% o inferior que tienen algunos medicamentos convencionales. En determinados pacientes esta gran cantidad de alcohol puede representar un grave problema.
Si un producto homeopático puede estar indicado para el tratamiento de una enfermedad grave, como el cáncer, solo debería venderse con receta. Solamente se pueden vender sin receta los productos para el tratamiento de enfermedades o síntomas menores como resfriados, dolor de cabeza, etc.
Los productos homeopáticos deberían incluir una lista con los ingredientes, las instrucciones para su empleo de forma segura, al menos una de sus indicaciones y la dilución (por ejemplo 2X para una parte entre cien (1:100), 3X para una parte entre mil (1:1.000), etc.).
Productos promocionados como homeopáticos contienen ingredientes activos no homeopáticos como vitaminas o plantas; no están convenientemente envasados; carecen de etiqueta informativa; contienen indicaciones vagas de sus acciones, por ejemplo “para el tratamiento de las molestias gastrointestinales” en donde se pueden incluir las molestias derivadas de un dolor de estómago, una diarrea y un cáncer de colon, cuyo pronóstico y tratamiento son sustancialmente diferentes.
¿Medicina verdadera o vanas ilusiones?
La homeopatía consiste en tratamientos altamente individualizados basados en la historia genética de la persona, la historia médica personal, la tipología corporal y el estado actual de todos los síntomas físicos, emocionales y mentales del paciente.
Si está pensando en consultar con un homeópata, es importante que lo haga con un profesional médico especializado en homeopatía, que esté licenciado en medicina y titulado en homeopatía y que ejerza su profesión dentro del marco legal de la práctica médica
Muchos de los que no creen en la efectividad de la homeopatía afirman que cualquier éxito en el tratamiento se debe al efecto placebo, es decir, al deseo positivo del paciente de curarse. Pero los que defienden la homeopatía afirman que sus medicinas funcionan en grupos como los niños o los animales, que no pueden ser influenciados por unas afirmaciones enérgicamente positivas a favor del tratamiento. Además, muchas personas tienen dificultades para aceptar la eficacia de la homeopatía porque no se conoce su mecanismo de acción.
La American Medical Association (Asociación Médica Americana) no acepta la homeopatía, pero no la rechaza. La American Academy of Pediatrics (Academia Americana de Pediatría) tampoco tiene una política específica sobre la homeopatía.
Fuente: Medicina XXI
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