22 septiembre, 2011

Quién define la enfermedad ?

BMJImage via Wikipedia
Es el título de un excelente editorial del BMJ. Un tema de por si polémico, ya que basta con preguntar a dos médicos que significa la salud, y contestarán cosas diferentes, o bien el versito aprendido de la OMS. Definir la enfermedad es aceptar su existencia, luego de años de aprendizaje o des-aprendizaje, donde nos enseñaron que no había enfermedades sino enfermos. Para la mayoría de los médicos distinguir entre un factor de riesgo y una enfermedad ya constituye todo un desafío.
No son pocos los que cómo Foucault señaló en su libro "El nacimiento de la clínica", la salud es el silencio de los órganos, y para la mayoría de mis profesores universitarios, una persona sana es un paciente que no ha sido estudiado exhaustivamente. Abonando de esta manera a una sociedad altamente medicalizada como la que tenemos.
El mandato judeo-cristiano de nominar las cosas para que ellas existan, se dá en los adeptos a las taxonomías. Aunque basta leer el DSM-IV para encontrarse reflejado en no menos de 10 categorías.  Un tema que no resulta menor, ya que en la mayoría, sino en todas, a cada entidad le corresponde un medicamento.
Enfermedades imaginarias conviven hoy con enfermedades olvidadas (como el mal de Chagas-Mazza o tripanosomiasis americana, que en Argentina se estima en al menos 3 millones de personas infectadas). Los propios griegos clasificaron las enfermedades entre aquellas que se podían curar y las que no.
Ruiz Perez Tamayo, nos remite a otra clasificación como la de las enfermedades históricas (tal cómo el cáncer que es reconocido desde siglos atrás), las transitorias (donde incluye a un par de problemas de salud que se dieron en la edad media, donde la gente salía a bailar y pasaba días haciéndolo hasta morir por agotamiento (Mal de San Vitto), y que la ciencia de entonces no supo explicar. También enfermedades llamadas emergentes, particularmente infecciosas, que se creían derrotadas o a punto de transformarse en otro éxito médico como fue la erradicación de la viruela.
La lista pudiera ser más extensa, lo cierto es que no pocos problemas tienen dificultades en ser tratados como enfermedades, factores de riesgo, o incluso delitos o pecados. Del mismo modo que hay enfermedades que NO existen, como el Síndrome de la Guerra del Golfo, que no es reconocido por las propias autoridades estadounidenses (del mismo modo que alguna vea ignoraron al SIDA por ser un problema de pecadores), y se lo considera como stress postraumático.
Sin duda éste tema merece un tratamiento más extenso, pero su abordaje es una deuda pendiente. Años atrás un especialista en medicina interna de Argentina, decía en un periódico que el 90% de la gente que consultaba no tenia nada, supongo que se refería a nada orgánico, ignorando de este modo el abordaje integral e integrado que la visión de nuestra especialidad tiene, o al menos debiera tener.
Quienes tratamos con personas en el primer nivel de atención, sabemos de la incertidumbre, de problemas de salud incipientes que no podemos "nominar", y quizás no lo debieramos hacer, salvo para llevar alguna estadística, pero ese es un problema nuestro, no de la gente, quienes, al igual que nosotros, por más que la medicina progrese, no estaremos nunca exentos de enfermar y morir. Dos características básicas de nuestra esencia como húmanos. Va el artículo.


Quien Define La Enfermedad BMJ,2011[1]

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