22 junio, 2009

Los medicos europeos infravaloran la microalbuminuria

A pesar de que las guías de hipertensión de la Sociedad Europea de Hipertensión (ESH, según sus siglas en inglés) y la Sociedad Europea de Cardiología señalan la microalbuminuria (MAU) como un marcador pronóstico para el desarrollo de enfermedad vascular y un marcador temprano para el daño orgánico, en la práctica clínica europea, la MAU se infravalora como factor de riesgo y herramienta diagnóstica, en especial en relación al riesgo cardiovascular. Así lo apuntó Hermann Haller, director del Departamento de Nefrología e Hipertensión de la Escuela Médica de Hannover, en el marco del encuentro anual de la ESH celebrado en Milán.

Haller presentó junto a Giuseppe Mancia, catedrático de Medicina Clínica de la Universidad de Milán-Bicocca, los resultados de una evaluación médica apoyada por la ESH que dibuja el panorama europeo en el manejo de la MAU. El informe, realizado en mayo, recoge las valoraciones de 1.700 facultativos (800 médicos de atención primaria, 450 cardiólogos y 450 diabetólogos) de Francia, Alemania, Italia, España y Reino Unido.

Según este estudio, más del 90 por ciento de los médicos conocen la importancia de la MAU como predictor del riesgo en pacientes con diabetes e hipertensión, y casi todos ellos lo ligan al daño renal. Pero sólo el 22 por ciento de los médicos de primaria, un 32 por ciento de los cardiólogos y un 38 por ciento de los diabetólogos lo contemplan como un indicador del riesgo de enfermedad cardiaca o infarto de miocardio. Las cifras bajan más aún a la hora de relacionar la MAU con el infarto y las patologías cerebrovasculares, nexo que conocen el 8 por ciento de los médicos de primaria, un 10 por ciento de los cardiólogos y un 15 por ciento de los especialistas en diabetes.

Fácil y asequible

Aunque los médicos europeos son conscientes de este indicador, el objetivo ahora es incrementar la alerta de la MAU como predictor del riesgo cardiovascular y herramienta diagnóstica para la detección temprana del daño orgánico. "El diagnóstico es fácil y asequible y debería incorporarse en la práctica clínica en la línea de otros análisis rutinarios como el colesterol", aseguró Haller. De hecho, puede ser medida a través de un test de orina (no es preciso de 24 horas), que debería repetirse entre dos y tres veces para confirmar si el nivel de albumina sobrepasa los 30 mg.

Sin embargo, este estudio refleja que los médicos de primaria apenas realizan este test al 25 por ciento de sus pacientes, los cardiólogos al 37 por ciento, y los especialistas en diabetes al 22 por ciento de sus pacientes normotensos y al 42 por ciento de los hipertensos. Y lo que es más, el 10 por ciento de los médicos entrevistados no estaba al tanto de que la microalbuminuria pudiera ser medida por un test de orina.

"En la práctica clínica, la reducción del MAU debería ser una meta del tratamiento, además de lograr disminuir la presión. El impacto en esta variable debe ser considerado cuando se seleccione un fármaco para reducir la tensión, ya que debería proporcionar una reducción del riesgo cardiovascular más completa", apuntó Haller. Por otra parte, la reducción de la presión sanguínea se considera la estrategia más importante para reducir la MAU.

La presencia de MAU refleja ampliamente daños en el sistema renal y vascular e indica un aumento significativo del riesgo de ambas patologías, apunta Luis Miguel Ruilope, jefe de la Unidad de Hipertensión del Hospital 12 de Octubre. El especialista asegura que su prevalencia es alta: un estudio en Países Bajos reportó una prevalencia del 7,2 por ciento en la población general, que sube hasta un 16 por ciento en pacientes diabéticos. Otro estudio en más de 32.00 pacientes con diabetes tipo dos sin proteinuria previa o enfermedad renal la sitúa en un 39 por ciento.

Estudio Roadmap

A finales de año se esperan los primeros resultados del estudio Roadmap, el primer ensayo clínico a gran escala que incluye más de 4.400 pacientes para evaluar si olmesartan medoxomil previene la aparición de MAU en pacientes con diabetes tipo dos y al menos uno de los factores de riesgo cardiovascular, en comparación con otros abordajes terapéuticos que excluyan IECA o ARAII. Además, se evaluará si este tratamiento tiene un efecto positivo en la morbilidad y mortalidad cardiovascular y renal.


La actualización de las guías europeas saldrá en octubre


A finales de año la Sociedad Europea de Hipertensión tiene previsto una actualización de las guías de 2007 para el tratamiento de la presión sanguínea. Giuseppe Mancia, presidente del comité organizador del encuentro, anunció su publicación en octubre en el Journal of Hypertension y avanzó algunas novedades. Una de las más importantes será la recomendación de un umbral menor de referencia, entre los 120 mm Hg para la presión sistólica y 70 mm Hg para la diastólica. El presidente del comité organizador del congreso apuntó que por debajo de esta cantidad podría ser peligroso reducir la presión en individuos de alto riesgo, en alusión a la llamada curva J. Otra importante novedad es la apuesta por la terapia a medida, que tenga en cuenta las circunstancias de cada paciente, por encima de aconsejar el uso de antihipertensivos concretos en cada fase de la patología. Un mes antes verán la luz las primeras guías europeas para el control de la hipertensión arterial en niños y adolescentes, que recogen, como un aspecto clave, las indicaciones para la investigación en el futuro, ya que hasta la fecha no existen datos de referencia en niños y adolescentes europeos y se extrapolan los estudios norteamericanos.

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